Me sitúo en relación a mi modo de entender lo terapeútico, desde una mirada de campo, basada en las aportaciones de la «Teoría del Self» donde el ajuste persona/sociedad cobra una importancia capital a la hora de entender la situación terapeútica.

De ese modo, pienso que no podemos entender el campo relacional desde el que operamos si no entendemos cómo las categorías sociales interseccionales que nos atraviesan configuran nuestra manera de estar en el mundo.

De este modo, puedo situarme de otro modo frente a la experiencia de alteridad que supone el encuentro con el Otro, en un proceso que va de «vestirme» de esas categorías para entender, y «desvestirme» de ellas para poder intervenir dentro de lo que se mueve emocionalmente en el campo.

Por otro lado, esta mirada me permite poder trabajar con problemáticas sociales encarnadas en las personas con las que trabajo sin reducir sus malestares psicosociales a problemas individuales, evitando su despolitización.